Sebastián Carrillo Madueño "CHANNY CARRILLO"
Sebastián Carrillo Madueño nació en Cumbres Mayores el 23 de Marzo de 1930 en la C/ José Mª Morón y Barrientos. Uno de los recuerdos más arraigados que posee es cuando su padre, que tocaba muy bien la guitarra por afición, le construyó una guitarra de cartón de tamaño natural con cuerdas de cordel muy fino y los trastes en el mástil pintados cuando tenía solo 6 años. El objetivo era enseñarlo como colocar los dedos de la mano izquierda para obtener los acordes. Aunque sus dedos eran demasiados pequeños para abarcar todas las cuerdas.
A esta edad nuestro protagonista posee uno de los recuerdos más tristes que se le viene a la cabeza, el tener que abandonar el colegio y sus compañeros de infancia. Tras aceptar sus padres una invitación de su tía para pasar unos días de vacaciones en la ciudad condal, a los pocos días de aquel año de 1936 estalló la Guerra Civil y tuvieron “sine die” (expresión latina que significa: sin fecha determinada). Cuando llegó el momento comenzó a estudiar en un colegio cercano a la espera de acontecimientos y así fue pasando el tiempo. Comenzó su periodo de integración: “un chaval de 6 años, con deje andaluz, en una escuela que se daba las clases en catalán”.
Instalados definitivamente, el padre le dejaba su guitarra para enseñarle y así poder olvidar todos los recuerdos tristes de aquel periodo tan complicado para un niño tan pequeño, que influyó en los inicios de su gran pasión: la música. Después estudió en el Conservatorio, academia Privada compaginándolo además con estudios de Bachillerato. Con 18 años formo su primer dúo y tras algunas discretas actuaciones de fines de semana conocieron a dos nuevos miembros y así formaron un cuarteto que pusieron por nombre “Bois of Kansas City”. Su gran ilusión era crear su propia orquesta, con el tiempo, muchos problemas y muchos ensayos formo la “Orquesta Virginia”. Iba compaginando sus dos pasiones actuar con su orquesta y componer canciones para orquestas que iban editando y distribuyendo por España, Portugal y Latinoamérica.
Su trayectoria musical fue interrumpida por el servicio militar, cuando regresó a su querida orquesta le cambio el nombre al que sería el definitivo “Orquesta Gran Caribe”. Cosecharon grandes éxitos por Barcelona, pueblos periféricos e incluso formaron parte de las actuaciones fijas en el Hotel Ritz, pero el nacimiento de su primera hija marco un antes y un después en su orquesta. A su pesar, dejó esta vida bohemia del mundo del espectáculo aunque nunca se desvinculo de su gran pasión, la música. Estudió un curso especial en el Ateneo de periodismo y fue corresponsal en el seminario “La Marina” y “Melodías del Mundo” ambos en Ceuta, en la revista musical “Ritmo”, revista “C.C.E.” (Unión de Compositores y Escritores) ambas en Madrid, etc.
Aunque la mayor parte de su vida profesional la pasó en una fábrica de automoción como supervisor de camiones y tractores EBRO, que más tarde se convertiría en la fábrica de todoterrenos PATROL y la furgoneta VANETTE. Esta etapa estuvo como jefe del producto Nissan, en el Departamento de Calidad.
Su tiempo de jubilación lo ha dedicado a conocer mundo y sobre todo Barcelona y los bellos pueblos de Cataluña, hasta que le llegó una enfermedad que lo tiene enclaustrado con un régimen alimenticio muy severo y una medicación especial, este es el motivo que le ha impedido estar presente aquí con todos nosotros en este día tan especial.
Son pocos los municipios de la geografía española que entre sus páginas de historia puede contar con un material tan importante y especial como es el legado musical dedicado a Cumbres Mayores. Todos sabemos que nuestro municipio cuenta con un Pasodoble y un Tanguillo gracias a nuestro Ilmo. Santiago Rodriguez Páez, pero también podemos presumir que contamos con la letra y la partitura de un Bolero y un canto a nuestra patrona, gracias a Sebastián Carrillo.
“Aunque lejos de ti, no puedo yo olvidar…”
Y de esta manera Sebastián Carrillo compuso estas hermosas letras para todos los cumbreños y que se reflejan en siguiente escrito:
“Al oír cantar a Bonet de San Pedro, Jorge Sepúlveda, entre otros, temas sobre su pueblo, ciudad o relacionados con estos, pensé: “¿Por qué no puedo yo escribir un número dedicado a mi pueblo?”
Empecé a pensar en ello; ¿Haré la música primero y después le adaptaré la letra o viceversa?...
Después de darle vueltas en mi cabeza, un día yendo en tranvía se me empezó a ocurrir algo de la letra, la cual modifiqué varias veces hasta encontrar la que ya conocemos.
Una vez medio satisfecho con la letra (le hice una posterior modificación ya teniendo algo de música), le adapté la música que también fui modificando compases varias veces hasta que por fin la di por acabada. La registré en la Sociedad General de Autores de España el 11 de Agosto del 1954. Pero no antes de enseñársela y buscar la aprobación de mi tío Miguel García Camacho.
Con mi orquesta la estrené y formó parte de mi repertorio, tocada, y cantada por nuestro vocalista en salas de baile y espectáculos musicales e incluso en competiciones con otras orquestas.
Un día, una cantante del coro del Teatro de Ópera del Liceo de Barcelona, vecina mía, me comentó que había nacido un nuevo concurso musical denominado “La Cabalgata de la Canción” y que tenían que competir las cuatro provincias conjuntamente en Barcelona en el castillo de Castelldefels. (En aquellos años, 1960, zona turística muy solicitada).
Aquella vecina me animó a concursar pero como ya era algo tarde para ello, tuve que apuntarme por Gerona ya que Barcelona estaba cubierta de participantes.
En fin, presenté el “BOLERO DE CUMBRES MAYORES” y quedé el primero. La canción la defendió el conjunto “Los millonarios de la canción”. Así pues pasamos a la final en Castelldefels conjuntamente con Barcelona, Tarragona y Lleida. Fue una final emocionante y quedé en tercer lugar.
Contento con el resultado, pensé en ofrecérsela a mi pueblo y no conociendo a nadie, se me ocurrió escribirle al padre Miguel Durán preguntándole si sería prudente enviárselo al Alcalde. Ya había tenido contacto con él ya que me había enviado el certificado de bautismo, que necesitaba para casarme. Su comentario fue, que se lo mandase a él. Se lo mandé en el año 1960.