María Muñoz López " María la Morona" (1920-2016)
María Muñoz López nació el 16 de Agosto de 1920 en el núcleo de una familia humilde. Hija de José Muñoz y de Remedios López, los cuales tuvieron dos hijos (José María y María) siendo esta la mayor.
Su infancia la pasó entre las paredes de la casa donde sus padres servían, el hogar de D. José Mª Morón y Barrientos. Esto dio bastante tranquilidad ya que estamos hablando de unos de los primeros Alcaldes de Cumbres Mayores y Diputado Provincial dato que conocemos a una placa localizada en el Salón de Plenos de este Cabildo. Además fue gran benefactor de la localidad en vida y en muerte, donde destacamos:
- En 1902 reconstruyó la casa consistorial.
- Comenzó las investigaciones sobre los orígenes del Castillo.
Tras su muerte su esposa cumplió con los legados testamentarios:
- Construcción de la Casa Rectoral en 1919.
- Reparación de la Ermita Ntra. Sra. del Amparo.
- Reparación de la Iglesia, solerías, herrajes, porterías, capillas e imágenes, así como pintar la torre y reparar el reloj.
- Donó 75.000 pesetas para atenciones a la primera enseñanza que se invirtieron en la construcción del edificio del Grupo Escolar. De aquí que en 1981 se le cambiará el nombre y posteriormente lo lleve el I.E.S antiguo colegio público.
Nuestra protagonista aprenderá de manos de su madre el que sería uno de sus oficios. Patrones, hilos, telas, tizas… hicieron su infancia más agradable hasta descubrir un mundo de fantasía lleno de letras entrelazadas, las cuales hacían de su vida una gran aventura diaria. Estamos hablando que en aquella época la educación no era algo obligatorio pero su empeño y dedicación amplió su ilusión de joven para ampliar sus conocimientos al máximo con el objetivo de conseguir ser maestra. Pero la época donde le tocó vivir trunco todos estos sueños, aunque ella nunca dejaría fuera de su alcance aquellos libros que guardaba como un tesoro. Llegó la época de transición a Cumbres Mayores y su edad de madurez, donde la decisión de cuidar a su familia le llevaría por un camino totalmente diferente al imaginado.
Su pasión por la enseñanza le llevaría a conocer a Doña Anita, maestra de escuela de Trigueros que ejerció su profesión durante varios cursos en nuestra localidad. Ella fue la precursora de incentivar la vocación truncada de María hasta el punto que cuando la maestra decidió marcharse a su pueblo natal nuestra protagonista emprendió su nuevo futuro, compaginar la costura y confección de prendas con sus clases particulares a menores y adultos.
Su casa se llenaría de alegría al compartir momentos de enseñanza únicos, donde todo aquel mundo que descubrió en su juventud lo veía reflejada en la cara de aquellos niños que por primera vez cogían en sus manos aquellos libros guardados con tanto recelo. Ella observaba la evolución de la población con sus cuentas básicas, las primeras letras y sobre todo con su plena dedicación.
Su casa se llenaría de alegría al compartir momentos de enseñanza únicos, donde todo aquel mundo que descubrió en su juventud lo veía reflejada en la cara de aquellos niños que por primera vez cogían en sus manos aquellos libros guardados con tanto recelo. Ella observaba la evolución de la población con sus cuentas básicas, las primeras letras y sobre todo con su plena dedicación.
Las necesidades de la población en aquella época era algo preocupante en materia de alimentación, de ahí su implicación en ayudar a los más desfavorecidos. Por su casa pasaban niños a los cuales ofrecía un vaso de leche o repartía canastillas supliendo lo que en la actualidad sería la figura de Asistente Social. Viendo esta realidad viajó varias veces a Huelva con el objetivo de realizar cursos para conseguir un complemento alimenticio para los niños de Cumbres Mayores. En su casa siempre había aquel recordado polvo blanco que al diluirlo en agua se convertía en aquella leche de la cual muchos de los aquí presentes recuerdan aún su sabor particular.
Entre medías hizo sus pinitos en el mundo del teatro, muy popular entre los cumbreños y que en muchas ocasiones se hacían obras de teatro a beneficio de obras comunitarias o parroquiales, como hemos descubierto en la cartelería facilitada por los familiares de nuestra protagonista. En 1946 se representó la obra: “En mi casa mando yo…” en el Salón Liaño por la Agrupación Artística Cumbreña o la obra en 1970 en el Cine Esperanza de la Agrupación Artística Parroquial: “Puebla de Mujeres”, a beneficio de la capilla de Bautismo de nuestra Parroquia. Su madurez pasó entre catequesis, vínculos con las actividades varias de la Iglesia, teatros, clases particulares en su casa que terminaban casi a la 1:00 de la madrugada para preparar a los adultos para conseguir opositar a maestros, correos o guardia civil. Detalles que recuerda con mucho cariño su sobrina Remedios la cual pasó parte de su infancia con ella y así nuestra protagonista también pudo ayudar de una manera directa a su hermano. A la misma vez María realizaría las sustituciones en el Colegio Nacional Mixto de las bajas de los maestros fijos, tiempo en el que vería realizado su sueño de pequeña. Y sobre todo cuidar de su madre y su tía
Los años pasaron hasta su vejez compartiendo su tiempo con sus sobrinos y sus grandes amigos. Su contacto con Doña Anita nunca se perdió y vio la necesidad que su gran maestra y mentora necesitaba ayuda. No lo dudo, lo dejo todo atrás y marcho hasta Trigueros a cuidar de su gran amiga hasta su triste fallecimiento. Sus últimos años los paso en Sevilla rodeada de sus sobrinos. En 2013 recibió un homenaje que la lleno de ilusión desde el CEIP “Juan Gómez Márquez”, la imposición de la Beca de Honor a toda una vida dedicada a la educación.
El 29 de Febrero de 2016 falleció rodeada de todo el cariño de sus familiares y de un pueblo que siempre la recordará como la maestra de su infancia.