Centro de Interpretación del Territorio

Los criterios de actuación arquitectónica sobre el Patrimonio Histórico deben estar regulados por diversos conceptos de absoluto respeto al mismo que, sin embargo, no pongan en riesgo las visiones cruzadas de los usuarios, en cuanto posibilidades de “mimesis” de la intervención, tal como sugiere la “Carta de Cracovia” de 2000. Se han de considerar valores del “entorno patrimonial”, es decir, del contexto inmediato del monumento.

En la intervención rehabilitadora sobre el recinto intramurario del Castillo – Fortaleza de Sancho IV “El Bravo” en la población de Cumbres Mayores (Huelva), se planteó, la puesta en uso del Bien de Interés Cultural (BIC) mediante la construcción de un Centro de Interpretación del Territorio, que la simbiosis con los valores ambientales se establezca de forma sostenible, en todas las vertientes que este concepto plantea.

En Marzo de 2002, y por encargo de la Delegación Provincial de Huelva de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, se realizan unos “Estudios Previos de Aprovechamiento del Castillo de Sancho IV”, enmarcado dentro de los programas de difusión que esta Delegación promueve, tras las actuaciones anteriores de protección y conservación del patrimonio arquitectónico defensivo de la provincia de Huelva. Desde la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía se están potenciando y recuperando distintos itinerarios del Patrimonio arquitectónico defensivo. En la denominada “Ruta de los Castillos de la Banda Gallega” se encuentra el castillo de Cumbres Mayores, recinto elegido por la Delegación Provincial de Huelva como punto estratégico de los trabajos de difusión e interpretación del Patrimonio, dadas sus características espaciales, idoneidad funcional y ubicación del territorio. Se propone el aprovechamiento cultural de Castillo de Sancho IV, mediante potenciar labores de divulgación, investigación y restauración de Patrimonio con la construcción de un Centro de Interpretación del Territorio.

Como respuesta proyectual al programa de usos, se ideó una serie de elementos “modulados y fragmentados” que sus características se diferencien y separen:

  • De los parámetros / lienzos murarios del castillo.
  • Del propio terreno en que se asienta. Todo ello, con una escala adecuada que, en ningún momento; rompa la continuidad y enorme potencial del espacio que se ubica.

La modulación y fragmentación del proyecto permite la intervención, dando prioridad a los usos que prioricen las labores de difusión cultural. En función de esta jerarquía funcional y como primera fase de la intervención se opta por formalizar el “Centro de Visitantes” donde, por medio de sistemas expositivos, se establezcan sistemas de difusión del Patrimonio en general y del Patrimonio arquitectónico defensivo de la provincia de Huelva en particular. Obviamente, lo que posibilita al visitante su conocimiento exhaustivo, se convierte en el “sistema expositivo” de más relevancia en lo que es el “CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL TERRITORIO de los CASTILLOS de la BANDA GALLEGA”.

ALMONASTER LA REAL

MEZQUITA – FORTALEZA.

SITUACÍON: Almonaster la Real.

CRONOLOGÍA: Ant. Siglos VI, VIII y XIII.

ESTILO: Romano, Almohade y Gótico.

La mezquita de Almonaster está situada en lo más alto del cerro que corona el Castillo. Esta “iglesia antigua de moros”, denominación que figura en un documento de 1583 conservado en el Archivo General de Simancas, se erigió durante el reinado de Abd-al-Rahman III.

Por los restos reutilizados en su construcción cabe pensar que, en época romana, existió un edificio monumental que posteriormente fue transformado en iglesia visigodo-cristiana, subsistiendo con carácter monacal hasta la invasión musulmana. Numerosas columnas y capiteles romanos de los siglos I y II, así como interesantísimos vestigios visigodos del V al VII son mudos testigos de este reaprovechamiento.

La mezquita levantada a finales del IX o principios del X, fue totalmente de nueva planta, sin aprovechar parte alguna del edificio pre-islámico, salvo los restos decorativos ya señalados. Fecha justificada por el arcaísmo del mihrab.

Siguiendo los cánones de la época califal, la Mezquita presenta dos espacios claramente definidos: el shan o patio abierto por las abluciones y el liwan, sala de oración cubierta. El oratorio se compone de cinco naves orientadas hacia el muro de la qibla cuyas arcadas de ladrillos, originariamente de herradura, descansan sobre columnas y pilares de diferentes materiales, tamaños y épocas (material de acarreo). En el centro de la qibla se abre el mihrab, de planta cúbicosemicircular, cubierta con bóveda de horno; un alfiz de ladrillos enmarca el arco de herradura central. El alminar, que aún conserva en su parte inicial la escalera que circula sobre el machacón central, completa el edificio islámico.

Cuando los cristianos ocuparon estas tierras, en el s. XIII, se construyó un ábside posiblemente románico, del que sólo quedan los arranques del arco triunfal embebidos en los del arco actual. No se sabe si este ábside vio irrumpida su construcción, si sufrió destrucción violenta o fue desmontado en parte para levantar el actual. Tampoco se sabe actualmente la advocación de la mezquita cristianizada, aunque al llamarse de nuestra Sra. de la Concepción, en el s. XVI, cabe pensar que, como era frecuente, la primera advocación sería de Santa María.

A finales del s. XV o comienzos del XVI, la mezquita sufrió una serie de obras importantes que remozaron parte de su estructura y añadieron nuevos espacios: se recortaron los arcos inmediatos a la qibla, aunque algunos siguieron conservando arranques en herradura; se reforzó el muro de la qibla, añadiendo un estribo; se reforzó el mihrab y se amplió la mezquita construyendo el pórtico y tal vez el aljibe; todo ello dentro del estilo mudéjar relacionado con el sevillano.

En el siglo XVI se realizó el campanario y se labró la sacristía y le porche, además de añadir varios detalles decorativos como los azulejos que adornan el escalón de entrada al presbiterio. Obra posteriores, ya en el s. XVIII, son la transformación del remate de la torre, la construcción del “cuarto de los moros” y la decoración de la cúpula del ábside.

Conserva en su interior un conjunto interesantísimo de piezas arqueológicas de diferentes periodos y estilos: un ara funeraria romana; un epitafio paleocristiano; los restos del ara y del cancel de iconostasis de la antigua iglesia visigoda; un cimacio, datable entre los s. V y VII; un dintel visigodo, coronando la puerta principal; numerosos fustes y capiteles romanos.

La mezquita de Almonaster es un testimonio excepcional de las primeras obras islámicas de España. Conserva el carácter, tan difícil de encontrar, de una mezquita de ciudad pequeña, sobria, recogida y dotada de sutil elegancia del periodo omeya, cuyo arte unió herencia clásica e influencia oriental.

El empleo de materiales romanos y visigodos, el aparejo de ladrillo y la mampostería como recurso decorativo de gusto arcaico, el nicho de oración circular, el alminar con machacón central, son indicios de la antigüedad de este singular edificio. Su ambiente arquitectónico se relaciona con las obre más antiguas del Islam Occidental, del Norte de África y de Al-Ándalus.

Ni los avatares del paso del tiempo, ni los propios ataques de la naturaleza han podido con este singular monumento, emblema de Almonaster y origen y destino de culturas. Cada época impuso su sello y de cada época nos queda el recuerdo patente en sus viejas piedras perviviendo en nuestros días como un autentico crisol de culturas, síntesis de toda la historia de este pueblo.

Aracena

FORTALEZA.

SITUACIÓN: Aracena.

CRONOLOGÍA: Siglo XIII.

ESTILO: Almohade, Gótico y Mudéjar.

La Aracena encastillada, debió contar con unas veinticinco casas aproximadamente, la mayor parte de ellas dentro de las dos hectáreas de terreno que le permite la geografía de la fortaleza. El arrabal crecería a expensas de la barbacana construida como segunda línea de murallas que permitía la vivienda bajo protección del recinto. A mediados del s. XV la expansión se ve favorecida por épocas pacificas y la población crece hacia el Norte. El crecimiento provoca la construcción de una cilla, el pósito municipal y varias ermitas que ya en el siglo XVI acogerán la fe de los casi seis mil habitantes.

El Castillo se edifica en torno a unos siete o nueve torreones que se unen con lienzos de muralla construida con piedra del lugar. En su interior quedan restos de la torre de vigía o torre del homenaje y dos aljibes que se utilizaron para abastecer de agua a los encastillados.

El templo, que comenzó su construcción en 1231, sigue patrones cistercienses basados en el románico, aunque a medida que avanza su construcción, asume las características góticas de la época. Será el primero de los templos que bajo jurisdicción del poder eclesiástico sevillano se instala en la zona. Consta de una planta rectangular con tres naves de la misma altura, aunque la central de más anchura que las laterales. Esta misma distribución interna se puede apreciar en el atrio que da entrada por el pie de la iglesia. El cierre del techo se realiza con crucería gótica de nervadura de piedra, los cinco tramos de la iglesia se separan por columnas cuadradas con pilares semicirculares adosados donde descansan los nervios de las bóvedas. Posee un coro junto al atrio y un ábside forma pentagonal que sería enriquecido con un adosado poligonal de estilo neoclásico que, pese a transformar el estilo general de templo, se adapta bien a su fisionomía. Sobre una ventana que se abre en el añadido se puede leer la fecha de 1727.

El elemento más importante o, al menos de mayor vistosidad, es la torre mudéjar que se eleva a la izquierda de la cabecera. De planta cuadrada, tiene dos laterales exentos, que forman fachada, un asumido a medias por la propia construcción y otro interno por donde se accede al interior y a la parte alta de la torre. En uno de los laterales exentos, aparecen adornos de paño de sebka a imitación de la Giralda de Sevilla. Tres cuerpos separados por una hilera de ladrillos central que mantienen, en la parte inferior dos arcos lobulados; en la intermedia, cruce de bandas con arquillos que forman estrellas de ocho puntas; y en la superior, arquitos sustentados en la propia fábrica de ladrillos. Sobre todo destaca una cruz que algunos achacan al Temple.

En el exterior se puede contemplar una estrella de David, posible marca de alguno de los constructores del templo. En el siglo XIX y principios del XX, sufrió algún incendio que no afecto a la fábrica de piedra, aunque la guerra de Independencia, convertida en polvorín por las tropas francesas estuvo a punto de acabar explotando al abandonar éstas sus posiciones en la Sierra. Desde el incendio de 1923 producido por un rayo, se le añadió como protección al camerino del ábside y del altar, una reja de construcción local donada por los Marqueses de Aracena. En este espacio guarde una imagen en cerámica vidriada del Prior Pedro Vázquez, obra de Miguel Florentín en el siglo XV.

Aroche

CASTILLO - FORTALEZA

SITUACIÓN: Recinto Urbano.

CRONOLOGÍA: Siglos XI, XII y XIX.

ESTILO: Gótico y Mudéjar.

La planta es poligonal, teniendo varias vertientes, con forma de triángulo rectángulo con la hipotenusa en forma de curva. Concretamente diez lienzos de muralla enmarcado entre torres defensivas.

Las torres son de planta cuadrada, una de las cuales se emplea como contrafuerte. Un apunte muy destacable es que no conserva los merlones que configuran las almenas. La mayoría de las torres se encuentran seccionadas y esto origina que la altura sea ligeramente inferior. En número son nueve torres, resaltadas entre 4 o 5 metros hacia fuera de la muralla. Las mayores de estas torres se encuentran en los tres ángulos y debieron tener cámaras al nivel del paseo de ronda, pero solo la conserva la del ángulo del Este, cuya planta en cuadrada, está recubierta con una bóveda de medio cañón, y tiene saeteras en los tres lados exentos.

Su perímetro es de unos 273 metros aproximadamente. Quizás sea uno de los más monumentales de la de la provincia, junto a los de Cumbres Mayores y Santa Olalla del Cala y unos 98 metros de longitud máxima en dirección sudeste-noreste.

Los muros son lienzos de muralla construidos en tapial, siendo algunas tapias de mampostería y piedra. La elevación es de unos 10 metros de altura por algunas zonas, aunque desciende de altura levemente en otras áreas. Y su grosor es de 1,50 metros de espesor.

La puerta principal, actualmente llamada la Puerta de la Reina, era la entrada original, pero ha sido tan rehecha que se hace imposible determinar su embrionaria estructura, aunque el hecho de que se encuentre coronada por dos arcos, exterior e interior, de herradura apuntada, unidos por una bóveda de cañón igualmente apuntada y con un alfiz que corta el trasdós del arco y sobre pasa la clave, nos da algunos indicios de su primitivo aspecto. Actualmente se encuentra cegada.

Existe otro vano de entrada que en la actualidad está formado por un gran arco de medio punto de ladrillo sin impostas, y en la parte superior del arco se encuentra una construcción que al parecer fue realizada en el siglo XVII. A la izquierda de la entrada existen algunos restos de la organización primitiva, especialmente una nave cubierta por una bóveda de cañón seguido. También existen documentos que sitúan una puerta en recodo a la izquierda de la actual, en torno a los siglos XVII-XVIII.

La funcionalidad de estos edificios ha tenido siempre mucha controversia. Este monumento ha tenido y tiene varios usos, museo arqueológico municipal, parada de sementales, recinto de entrenamiento deportivo, sede del Punto de Información del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche. Pero un dato a tener en consideración es que en 1802 se construye la plaza de toros, que aún sigue en uso.

Cala

CASTILLO DE CALA.

SITUACIÓN: Se alza sobre un cerro cercano a la población.

CRONOLOGÍA: Siglos XII y XIV

ESTILO: Almohade y Gótico Militar.

Es una de las fortalezas más relevantes, incluidas en la Banda Gallega para la defensa del Reino de Sevilla de las innumerables inclusiones lusas.

Su planta es rectangular, como la del castillo de Cumbres de San Bartolomé. La pertenencia a una misma cultura origina que las tipologías estilísticas y tipológicas se repitan. Además el castillos de Cala poseía en su origen, todas las cualidades de una fortificación árabe. Clasificado como de tercera línea defensiva, después de su reconquista también retomó su carácter militar frente a las incursiones portuguesas.

Durante muchos años su estado era ruinoso haciendo necesario una urgente rehabilitación. Su restauración se ha llevado a cabo dándole al Castillo - Fortaleza de Cala a su máximo esplendor, perdido por el deterioro del paso del tiempo. Debido al estado conservación, se dirigieron a las fuentes documentales para poder determinar su origen, si bien estás son muy escasas, ya que los cristianos, tras la reconquista, destruyeron la mayoría de los archivos. Se piensa que en sus inicios permaneció a los musulmanes y que posteriormente Alfonso X lo reconstruye durante los siglos XIII, ya que se le adjudica este territorio como dominio de realengo, perteneciente al reino de Sevilla, con semejantes fueros y privilegios para sus habitantes. Se inicia desde entonces una importante repoblación de inmigrantes procedente de tierras de León.

Cortegana

CASTILLO - FORTALEZA.

SITUACIÓN: Municipio de Cortegana.

CRONOLOGÍA: Siglo XIII

ESTILO: Gótico.

Esta Fortaleza está emplazada en un altozano, a 745 metros de altura, desde donde se domina una gran panorámica de la Sierra y la Dehesa.

Su tipología nos hace pensar que tal vez, pudo ser un castillos de origen cristiano, construido con anterioridad a la época almohade, durante el siglo XII, aunque existen indicios de la pertenencia a este pueblo berebere.

Entregada en 1253 al concejo de Sevilla por Alfonso X el Sabio, sin embargo, durante los siglos XIV y XV, se abandonará en su primer momento para más tarde convertirse en una fortaleza base, por lo que estará bien provista de hombres y pertrechos, por motivos de las continuas guerras y el bandidaje. En el siglo XVI, en unos de los continuos enfrentamientos con el reino de Portugal, una de sus torres se destruye.

En 1685, fue dañada la fortificación por un terremoto. Posteriormente, se reconstruye para protegerse de los nuevos conflictos, relacionados con la guerra de Independencia que Portugal contrae con España y se instala la artillería.

Al tiempo que el siglo XIX pasa un poco desapercibido para la historia de este bien inmueble, el siglo XX le depara una funcionalidad museística. Ya que se encuentra muy reformado, quedando en buen estado de conservación tanto sus torres como sus murallas.

La estructura laberíntica del complejo era también de carácter defensivo, así como la existencia del aljibe en el interior del recinto amurallado, ya que si eran sitiados no les faltaba agua. El Castillo posee una longitud aproximada de cuarenta metros, flanqueados por cuatro torres rectangulares y una semicircular, y su perímetro se encuentra libre de toda edificación, menos en la zona Oriental donde se encuentra la ermita de Ntra. Sra. de la Piedad.

La entrada está definida por buhedera y torres, y da acceso directo al patio de armas. Los materiales usados son, mampostería de piedra y con ráfagas de ladrillos y su distribución consta de tres sectores: Planta Baja, que a su vez se divide en: al sur, el patio de armas, la entrada y el aljibe, al este, las cinco cámaras abovedadas de medio cañón, que forman la zona residencial, donde antes debió albergar el emplazamiento del cuerpo de guardia, caballerizas y almacenes.

La segunda planta, con acceso por las escalera que conduce a los adarves, que sirve así mismo de defensa interior de la puerta del castillo, situado en el lado sureste, y compuesta por tres cámaras que contienen la habitación principal, habilitada como gran salón.

En el tercer nivel, una gran terraza permite la instalación de artillería o máquinas de guerra. Desde aquí se llega a la estancia de la Torre del Homenaje, con subida interior a una terraza defensiva y bajada también desde el interior a los niveles inferiores.

Las torres del ángulo sudeste y la central del lado oeste, tienen sendas cámaras con llegada a los adarves, desde los cuales se controlaba la puerta, el aljibe y el patio de armas, de reducidas dimensiones, y desde el cual se llegaba a las demás dependencias y a los diferentes niveles. La Torre del Homenaje se alzaba en 1515 por Don Diego de Merlo, y posee saeteras en sus tres frentes. Aparece en la actualidad maciza hasta la azotea que cubre los pisos descritos y desde dicha azotea se accede a la cámara, que sobresaliendo de todo el conjunto, corona la Fortaleza.

Posee al mismo tiempo, rodeando al castillo una barbacana con diversas torres, seis en el siglo XVII y dos puertas, la principal situada en el extremo suroeste, con una torre de protección y tal vez de compleja articulación en la doble puerta, y la segunda consistía en un postigo situado en el lado oriental.

Cumbres de San Bartolomé

CASTILLO.

SITUACIÓN: Casco Urbano.

CRONOLOGÍA: Siglos XII y XIII.

ESTILO: Gótico y Almohade.

Cumbres de San Bartolomé posee un Castillo rodeado de dehesas. Si tomamos en consideración que con anterioridad hubo una Fortaleza musulmana, su cronología sería anterior al siglo XIII, pero en las fuentes documentales procedentes del edicto de Sancho IV en el que habla claramente de construir un Castillo de Nueva Planta. Aunque era costumbre de reutilizar los materiales para levantar la nueva construcción. Es el edificio más representativo de la población. Esta siendo restaurado, pero los departamentos interiores se han destruido con el paso del tiempo. Buena parte de sus piedras fueron usadas para la construcción de las viviendas cercanas y de pequeños almacenes y corrales lindantes con la misma muralla.

Su planta es rectangular, como es el caso del castillo de Cala, con torres cuadradas y redondas. La puerta de acceso da al este y se encuentra flanqueada por dos torres cuadradas.

Lo más destacable, ya que es un edificio militar modesto, es la piedra combinada, que presenta una cualidad, su color rojo brillante, que proviene del cambio geológico en relación con otras localidades.

Cumbres Mayores

CASTILLO – FORTALEZA.

SITUACIÓN: Casco Urbano.

CRONOLOGÍA: Siglos XII y XIV.

ESTILO: Gótico Militar.

Su planta es irregular y su perímetro consta de nueve lados. Las torres son un total de nueve, cuatro cúbicas y en los lugares más estratégicos aparecen también otras con forma semicircular. Y por último la torre del Homenaje con tipología bífida.

Las puertas o vanos de entrada al recinto son un total de tres: la principal en el ángulo sudoeste, se encuentra escoltada por dos torres enlazadas por un arco gótico apuntado, unidas a su vez por un matacán corrido. Sobre el arco aparece un bajorrelieve que representa al patrón de la localidad, el Arcángel San Miguel, además de una Cruz Latina. Las dos torres menores o poternas, se hallan situadas una orientada hacia Portugal, y la otra mirando hacia levante, denominada Puerta del Sol, por el relieve esculpido sobre el arco apuntado de entrada, donde se representa el Sol y la Luna.

Las murallas están elaboradas con mampostería y refuerzos de sillares en las esquinas. Algunos de estos sillares son de la época de los romanos. Poseen una altura de diez metros y un grosor aproximado de tres metros. Sobre ellas se desarrolla un espacioso paseo de ronda, al que se llega gracia a las escaleras que se encuentran fusionadas con las murallas.

La puerta principal está cubierta con una bóveda de medio cañón rebajado, algo apuntado y construida con pequeños sillares graníticos, siendo la única bóveda creada enteramente en cantería, en el territorio de la Sierra de Huelva. Las otras dos puertas están cubiertas también por bóvedas de medio cañón rebajado algo apuntado.

La construcción de esta fortaleza esta realizada en dos fases constructivas: un primer ciclo de actuación funcional, fechado en 1293; y una segunda fase, durante el siglo XV, en la que se realizan algunas reformas, se refuerzan los merlones, así mismo se enlazan las cámaras superiores de las torres que enmarcan la entrada principal. El recinto amurallado se encuentra en buenas condiciones tras las sucesivas restauraciones.

Encinasola

CASTILLO.

SITUACIÓN: Recinto Urbano.

CRONOLOGÍA: Siglos XII y XVI.

ESTILO: Gótico y Almohade.

Muchos de los Castillos que se encuentran en la denominada Banda Gallega, han sufrida numerosas alteraciones en su estructura. La historia juega malas pasadas a estos monumentos de gran valor histórico. Durante el siglo XIX, los castillos que se encuentran en la Sierra de Aracena, por desgracia adoptan una cualidad común. Esta centuria estalla la guerra de Independencia contra los franceses, y Castillos como el de Aracena y Encinasola entre otros, son destruidos. El gran deterioro que sufrieron es patente y apreciable, perdurando sólo los restos de algunas de sus murallas.

Se fecha el inicio de su construcción en los tiempos de Alfonso X el Sabio, quien permitió de una pequeña aldea llamada Azinhasola, que con el tiempo se ha convertido en la actual Encinasola. La cercanía con Portugal, ha marcado su historia y su desarrollo cultural y económico.

Santa Olalla del Cala

CASTILLO - FORTALEZA.

SITUACIÓN: Se alza sobre un cerro cercano a la población.

CRONOLOGÍA: Siglo XIII.

ESTILO: Gótico – Mudéjar.

La Fortaleza se ubica en el denominado cerro del Castillo, al noroeste del casco urbano y dominándolo desde su punto más elevado, con una altitud media de 540 metros. Su construcción se adecúa, en planta y alzado, a la topografía del terreno, llegando la misma roca a formar parte de la morfología del castillo, ya que ha constituido la base de apoyo y cimentación de todas sus torres y murallas, además de servir como cantera para la extracción de la piedra empleada en la edificación. La planta del castillo es elipsoidal, muy alargada, en dirección oeste-sureste, con unas dimensiones aproximadas de 120 metros de longitud por 32 de anchura y se compone de 10 lienzos unido por el mismo número de torres. En la torre mayor se encuentra la puerta principal, en recodo, orientado hacia levante. De las diez torres, seis son cuadrangulares con refuerzos en las esquinas de piedra y las cuatro restantes son semicilíndricas, sobresaliendo a modo de contrafuertes, siendo tres de ellas las únicas defensas del flanco occidental.

La fabrica consiste en un doble aparejo de mampostería de piedra, de diferentes tamaños y formas irregulares, con un paramente interior y otro exterior unidos por un núcleo de relleno de tierra, cal y piedras menores, que alcanzan una altura de 2,30 metros. Cuenta con bastiones rectangulares y lienzos con dobles hiladas decorativas. Las bóvedas son de cañón, apuntadas, de aristas y mixtas, todas ellas construidas en ladrillo, al igual que las abundantes saeteras. El adarve se sitúa a una altura media de 4,80 metros sobre el suelo interior actual y 2,10 metros de anchura, con un parapeto defensivo de unos 60-65 centímetros de espesor, almenado con merlones albardillados y aspilleras abiertas tanto en los pretiles como en los propios merlones. Existe una huella árabe en determinados elementos de la construcción, como en su acceso principal, con una puerta en recodo simple dentro de la torre saliente, así como la existencia de impostas o franjas ornamentales de separación de pisos, realizadas en ladrillo, la decoración sobre los muros imitando el aparejo de sillares y la presencia de cantos rodados en la base de la torre de la entrada. Sin embargo, es evidente la presencia de características propias de las construcciones cristianas, como el arco ojival en la puerta principal y la concepción general del edificio, flanqueado por abundantes torres con presencia de cubos semicirculares que se combinan con las torres de planta cuadrada. Todo ello permite clasificar este castillo como de estilo gótico mudéjar de tradición almohade.

Castillo de la Algaba "Cumbres Mayores"

Tenemos que hacer mención para el conocimiento de todos los cumbreños como de todos los interesados el nuevo complejo denominado Castillo de la Algava, inscrito colectivamente, con carácter genérico, en el Catálogo General del Patrimonio Hístorico Andaluz.

El hábitat de Castillo de la Algaba, también denominado La Bujarda, se enclava en la cima de una cadena montañosa que alcanza una altura máxima de 768 metros que separa las cuencas fluviales de las riberas de Huelva y Múrtigas, así como los términos municipales de Valdelarco, La Nava y Cumbres Mayores.

Esta ubicación es estratégica y le permite dominar su entorno. La principal característica del yacimiento es la existencia de construcciones murarías que bordean, siguiendo las curvas de nivel, la cima del monte donde se ubica el hábitat. Posee dos zonas de hábitat, así como un doble cinturón de estructuras murarias que recorren perimetralmente la zona de mayor cota altimétrica. Las estructuras murarias parecen definirse en zonas contiguas. Una que ocupa la cima de más altitud (768,9 metros) de la alineación montañosa que le da nombre al yacimiento y la segunda zona que se ubica en una cota de menor altitud (739,2 metros).

En la primera área se han documentado dos líneas de estructuras murarias que siguen el trazado sinuoso de las curvas de nivel del monte donde se asientan. La primera línea es de menor extensión y circunda, al menos lo que se ha conservado, la zona amesetada de la cumbre, mientras que la segunda línea, realiza el mismo trazado pero en una cota inferior por lo que su longitud es mayor. En la segunda zona solo se han documentado restos parciales de las estructuras murarias que al parecer debían bordear la cumbre del monte donde se ubica. Estos restos de las estructuras murarias de la segunda zona trazan una línea recta en la ladera oeste.

La técnica constructiva de las estructuras murarias es semejante al resto del hábitat de esta época. En este yacimiento, las estructuras se constituyen a partir de amurallamientos en talud o con frente recto, construidos por acumulación de esquistos y lajas de pizarra, que en ocasiones alcanzan una altura de hasta 1,5 metros de altura. Los materiales empleados se traban con barro o simplemente se colocan «a hueso».

Observamos otra característica común a este tipo de construcciones, como es la colocación de los mampuestos, en las hiladas superiores, en ángulo de 45º. Interpretamos que su funcionalidad sería la de minimizar el grado de erosión y retener de esta manera las tierras, por lo que estas estructuras murarías no sólo tendrían un carácter defensivo sino también para contener la erosión, como así lo parece contrastar el aterrazamiento por procesos postdeposicionales y la potencia estratigráfica que se observa en la zona interior de las estructuras.

En la superficie del yacimiento apenas se observaban materiales, solamente se han podido contrastar restos de improntas, molinos, algunos fragmentos cerámicos realizados a mano y un hacha pulimentada realizada en esquisto. Esta escasez de materiales en el asentamiento de La Bujarda es común a otros hábitats de la comarca durante la Prehistoria Reciente. En las prospecciones que se han realizado en este yacimiento no se han podido documentar materiales significativos y solo algunas formas tipológicas y la asociación espacial con enterramientos en cista que se ubican a su alrededor permite apuntar la hipótesis de su ocupación durante la Edad del Bronce, en concreto, en el período 1700-800 a.C. En su entorno se localizan las necrópolis de: Valle Limajo I, Valle Limajo II, Lomero Casal, La Bujarda II, Casa del Monte, La Algaba, Murtigüillas I, Murtigüillas II, Las Cañadas y Valdegalaroza.

La complejidad de sus estructuras murarias, su extensión y su ubicación estratégica, lo convierten en unos de los asentamientos de la Edad del Bronce más importantes de la comarca serrana.

Zufre

RESTOS DE MURALLAS.

SITUACIÓN: Zona elevada.

CRONOLOGÍA: Siglo XIII.

ESTILO: Gótico y Almohade.

Sólo se conserva parte de la muralla y dos torres, por su estado, el castillo es prácticamente inexistente, por lo que no cabe más allá de la contemplación del bello conjunto urbanístico al que la propia fortaleza dio origen.

Las calles del casco antiguo son estrechas e intrincadas, propias de las típica ciudad islámica. Esta organización urbanística tiene una doble finalidad, para protegerse del sol y como recurso defensivo de carácter militar. El entramado al ser laberintico ocasionaba que el enemigo se perdiera y se separaran al introducirse en el poblado. Calles claramente peatonales, que aún conservan las pavimentos tradicionales.

La ciudad en sus inicios, concéntrica en torno al Castillo, creciendo a extramuros. Siempre teniéndolo como referencia. En lo relacionado a la conservación del Castillo, se conserva muy poco debido al olvido y al abandono que sufrió durante la Guerra de la Independencia contra los franceses.

Además de su casco urbano típicamente serrano, Zufre posee un patrimonio artístico-monumental. Del que forman parte de la Torre de la Harina. Es un torreón defensivo macizo que domina sobre la antigua muralla almohade (siglo XII). Por su tipología constructiva en tapial y su planta cuadrangular, parece haber sido realizada sobre otra anterior entre los siglos XIII y XIV.

La muralla llegó a tener un perímetro superior a 1500 metros. Sin embargo, hoy tan sólo se conservan dos tramos de unos 300 metros de longitud que en el siglo XVIII, fueron convertidos en miradores almenados donde el pueblo se asoma al valle.

Castillo de la Algaba "Cumbres Mayores"

Tenemos que hacer mención para el conocimiento de todos los cumbreños como de todos los interesados el nuevo complejo denominado Castillo de la Algava, inscrito colectivamente, con carácter genérico, en el Catálogo General del Patrimonio Hístorico Andaluz.

El hábitat de Castillo de la Algaba, también denominado La Bujarda, se enclava en la cima de una cadena montañosa que alcanza una altura máxima de 768 metros que separa las cuencas fluviales de las riberas de Huelva y Múrtigas, así como los términos municipales de Valdelarco, La Nava y Cumbres Mayores.

Esta ubicación es estratégica y le permite dominar su entorno. La principal característica del yacimiento es la existencia de construcciones murarías que bordean, siguiendo las curvas de nivel, la cima del monte donde se ubica el hábitat. Posee dos zonas de hábitat, así como un doble cinturón de estructuras murarias que recorren perimetralmente la zona de mayor cota altimétrica. Las estructuras murarias parecen definirse en zonas contiguas. Una que ocupa la cima de más altitud (768,9 metros) de la alineación montañosa que le da nombre al yacimiento y la segunda zona que se ubica en una cota de menor altitud (739,2 metros).

En la primera área se han documentado dos líneas de estructuras murarias que siguen el trazado sinuoso de las curvas de nivel del monte donde se asientan. La primera línea es de menor extensión y circunda, al menos lo que se ha conservado, la zona amesetada de la cumbre, mientras que la segunda línea, realiza el mismo trazado pero en una cota inferior por lo que su longitud es mayor. En la segunda zona solo se han documentado restos parciales de las estructuras murarias que al parecer debían bordear la cumbre del monte donde se ubica. Estos restos de las estructuras murarias de la segunda zona trazan una línea recta en la ladera oeste.

La técnica constructiva de las estructuras murarias es semejante al resto del hábitat de esta época. En este yacimiento, las estructuras se constituyen a partir de amurallamientos en talud o con frente recto, construidos por acumulación de esquistos y lajas de pizarra, que en ocasiones alcanzan una altura de hasta 1,5 metros de altura. Los materiales empleados se traban con barro o simplemente se colocan «a hueso».

Observamos otra característica común a este tipo de construcciones, como es la colocación de los mampuestos, en las hiladas superiores, en ángulo de 45º. Interpretamos que su funcionalidad sería la de minimizar el grado de erosión y retener de esta manera las tierras, por lo que estas estructuras murarías no sólo tendrían un carácter defensivo sino también para contener la erosión, como así lo parece contrastar el aterrazamiento por procesos postdeposicionales y la potencia estratigráfica que se observa en la zona interior de las estructuras.

En la superficie del yacimiento apenas se observaban materiales, solamente se han podido contrastar restos de improntas, molinos, algunos fragmentos cerámicos realizados a mano y un hacha pulimentada realizada en esquisto. Esta escasez de materiales en el asentamiento de La Bujarda es común a otros hábitats de la comarca durante la Prehistoria Reciente. En las prospecciones que se han realizado en este yacimiento no se han podido documentar materiales significativos y solo algunas formas tipológicas y la asociación espacial con enterramientos en cista que se ubican a su alrededor permite apuntar la hipótesis de su ocupación durante la Edad del Bronce, en concreto, en el período 1700-800 a.C. En su entorno se localizan las necrópolis de: Valle Limajo I, Valle Limajo II, Lomero Casal, La Bujarda II, Casa del Monte, La Algaba, Murtigüillas I, Murtigüillas II, Las Cañadas y Valdegalaroza.

La complejidad de sus estructuras murarias, su extensión y su ubicación estratégica, lo convierten en unos de los asentamientos de la Edad del Bronce más importantes de la comarca serrana.

  

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