Ermita Nuestra Señora del Amparo

Esta Ermita fue construida en honor a San Sebastián denominándose “Ermita de los Mártires”, tal vez porque en ella hubiera algunas imágenes de santos Mártires además de San Sebastián. Los libros nos hablan del “Voto a San Sebastián”, y según la tradición en aquellos años hubo una gran epidemia, invocando el pueblo al santo, que si los libraba de ella le levantaban una Ermita y celebraban su fiesta con rogativas, la epidemia cesó y el pueblo agradecido por su intercesión le edificó esta Ermita en el siglo XIV. En ella se da culto a San Sebastián hasta que se traslada la sede de la Hermandad de la Virgen del Amparo a esta Ermita.

La Hermandad de Nuestra Señora del Amparo se constituye con sede en la Ermita de la Virgen de la Esperanza, el ocho de Mayo del año de 1673, y obtiene la aprobación de sus reglas el tres de Agosto. El veintitrés de Octubre de aquel año, el Papa Clemente X enriquece con indulgencias la devoción de los hermanos:

“IESUS, MARIA, IOSEP. REGLAS Y ORDENANÇAS QUE HAN DE GUARDAR LOS COFRADES Y HERMANOS DE LA SANTA COFRADÍA DE LA SANCTISSIMA VIRGEN Y MADRE DE DIOS DEL AMPARO, CONCEBIDA SIN MANCHA NI CULPA DE PECCADO ORIGINAL EN EL PRIMER INSTANTE DE SU SER NATURAL. AMEN.

SITA I FUNDADA EN LA HERMITA DE NUESTRA SEÑORA DE LA ESPERANÇA DONDE ESTA SU CAPILLA EN LA VILLA DE CUMBRES MAYORES CON APROUAÇION Y LISENSIA DEL ORDINARIO ECLESIASTICO DESTE ARSOBISPADO.”

(Bula del Papa Clemente X, en Roma, en Santa María la Mayor el día 23 de Noviembre de 1673).

Al surgir ciertas desavenencias entre las hermandades de la Esperanza y la del Amparo, esta última acordó trasladar sus arcas y enseres a la Ermita de San Andrés, quedando la imagen de la Virgen en la Esperanza. Pero el estado ruinoso y la humedad de la Ermita de San Andrés aneja al barranco de la Magdalena, juntamente con la distancia de la población obligó a pensar en otra solución.

En 1713 consiguen una autorización para demoler la Ermita de Santa Marina, y con sus materiales reedificar la Ermita de San Sebastián, con el objeto de dar culto en ella a las imágenes de la titular actual, la Virgen del Amparo, del Santo Mártir, San Sebastián, y de Santa Marina. El traslado se verificó con licencia del Prior de Ermitas en 1736.

El año 1759 se trasladaron los cantos de la Ermita de la Magdalena para construir los portales de esta Ermita del Amparo, por lo cual se pagaron 486 reales a los peones, estos portales fueron construidos entre l759 y 1763 utilizando además el material sobrante para las paredes que rodean la Ermita, dejándolas como de una vara y media de altura.

Según un documento que aparece en el Archivo Municipal de Sevilla, en el año 1724 se abrió un expediente a instancias de Luis Gómez, beneficiado de Cumbres Mayores, con el planteamiento que se le concediese licencia para hacer una casa en el prado que llaman de San Sebastián, inmediato a la Ermita de Nuestra Señora del Amparo, donde viviera el ermitaño.

Entre los años de 1915 a 1919 se vuelve a restaurar la Ermita, a cargo de Don José María Morón y Barrientos, construyéndose la actual espadaña, el camarín y el retablo del altar mayor.

La Ermita cuenta con tres retablos:

  • Retablo de la Virgen de Gracia, esta advocación tenia una Ermita la cual ha desaparecido.
  • Retablo de la Virgen de Consolación, procedente del desaparecido Convento de Franciscanas Clarisas.
  • Retablo del altar mayor, dedicado a la titular de la Ermita, Nuestra Señora del Amparo; en el se encuentran además las imágenes de San Sebastián y San Diego.

La imagen titular es de candelero par vestir, de 1,48 Mtrs. De alto, obra anónima de la escuela sevillana de fines del siglo XVI. La Señora de porte envarado, rostro hierático y rasgos arcaizantes, viste saya y manto blancos. En sus alargadas y rígidas manos porta al Hijo en la izquierda y un cetro en la derecha. Luce corona en sus sienes y a sus pies una media luna de plata que tiene la siguiente inscripción:

“SE COSTEO POR DN. SEBASTIAN DOMINGUEZ MOZO,

NATURAL DE LA VILLA DE CUMBRES MAYORES Y

DEVOTO ESPECIAL DE LA SANTISIMA

VIRGEN DEL AMPARO. AÑO 1807."

El niño no corresponde a la imagen de la Virgen, se trata de una figura dieciochesca, de pié, propia de fanal. En la restauración llevada a cabo por Juan Abascal Fuentes en 1979, han aparecido testimonios de sucesivos retoques sufridos con el tiempo, el último y más importante de ellos a fines del setecientos.

Celebra su fiesta principal el 8 de Septiembre. En el siglo XVIII solía acompañar los actos religiosos con otros profanos con músicas, comedias, fuegos artificiales y la lidia de un toro. Participa, junto con la Virgen de la Esperanza y la de Gracia, en los actos de culto y procesiones de las fiestas del Corpus-Christi.

  

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