Calle La Portá
Eje principal por donde se divide el pueblo en dos mitades. En su recorrido descubriremos casas solariegas de fachadas impresionantes con labradas rejas y donde destaca el ladrillo visto. Mezclas de estilos diferentes que finalizan en uno de los rincones perdidos más mágicos de Cumbres Mayores. Nos referimos a los Cantos del “Sol y la Luna”, conocido con este peculiar nombre por la placa de mármol que corona la puerta auxiliar de la Fortaleza de Sancho IV “El Bravo”.
Aquí podemos observar además de una vista impresionante de la calle principal del municipio con el fondo de sierra morena, la cimentación original de la impresionante muralla que tenemos a nuestra espalda y que corona este risco natural. No existen cimientos sino que aprovechan la roca natural del entorno para ir colocando pequeñas rocas del terreno mezclando argamasa y cal viva para construir este magnífico edificio militar.
La calle “La Portá” es más conocida por sus Capeas Populares que complementan la festividad del Corpus Christi. Se trata de la suelta de cinco vacas bravas en los días viernes, sábado y lunes que comprenden estas grandes fiestas. Aquí se viven momentos de júbilo y diversión mezclados con la adrenalina de los nervios producidos por la emoción de las vacas.
El sonido más característico que define este festejo taurino son los tres cohetes que indican el comienzo de la suelta. Sus casas se abren, sus zaguanes sirven de barrera salvaguardando la seguridad de los participantes, sus bocacalles con empalizadas, aseguran la visión de los espectadores que entre risas, cánticos y diversión hacen una convivencia especial entre cumbreños y visitantes para la ocasión.
CURIOSIDADES
- Una de las casas centrales de la calle está decorada con azulejos pintados a mano que describen escenas de la novela caballeresca más importante de la literatura española, “El Quijote” de Cervantes. Su rostro se puede observar en los azulejos que adornan la base de sus balcones.
- Los aromas de los JAMONES IBÉRICOS DE BELLOTA, que reposan en las bodegas centenarias, que se encuentran en el casco urbano, nos acompañan por todo el recorrido.